Si alguien, en algún lugar, en algún momento te dijera que tu sueño, tu ilusión, tu deseo es imposible. No le hagas caso. Esa persona sólo te habla de su incapacidad, de sus miedos, de sus dudas, de su falta de confianza…
Si tú crees que tu sueño es posible, entonces planifica los pasos que necesitas dar.
Evalúa el camino que habrás de seguir con flexibilidad.
Analiza qué necesitas para ese viaje y prepárate para la incertidumbre.
Fórmate y vete con la disposiciónde aprender a lo largo del camino,
prepárate sabiendo que es un proceso continuado,
hazte con las herramientas necesarias.
Haz un mapa del territorio,
infórmate y pregunta, considera las opciones y escucha con atención,
recaba todo aquello que creas que necesitas.
Habla con quienes hayan iniciado un viaje similar,
toma nota y aprende de experiencias ajenas porque te será de utilidad.
No menosprecies nada. Ni te creas el/la más lista del lugar.
Encontrarás piedras en el camino así que fortalécete para atravesar las forestaciones,
los malos momentos,
las caídas,
los tropiezos porque esos momentos aparecerán y querrás rendirte.
Tómate tiempo para ti, para respirar, meditar en el silencio y aprende a escucharte adentro. Ahí encontrarás las respuestas que necesites para el viaje.
Observa con atención cada paso que des y dale el valor que merecen tus acciones y decisiones.
Aparecerán miedos, dudas incluso cansancio, párate y recarga energía, revisa tu plan, tu estrategia, tu camino, lo logrado y lo pendiente. No dudes en trazar nuevas rutas, en dar rodeos si fuese necesario. Pon atención plena a cada instante y todo tu corazón en ello.
Ríete con tus errores porque de ellos aprendes, baila con tus aciertos porque te confirman tu camino, abraza tus dudas porque te ayudan a cuestionar tus certezas y adoptar nuevas actitudes o decisiones. Pon el foco de atención en cada paso, en las soluciones que necesitas abordar, es solo un reto que la vida te pone. Los problemas son oportunidades de aprendizaje.
Y nunca dejes de disfrutar del proceso, sea cual sea el resultado, habrás aprendido para el siguiente viaje que quizás sea el que de verdad te lleve a donde necesitas y no donde quieras ir.
¡¡Feliz viaje y no dejes de escucharte adentro y sentir!!
Y lo más importante, no olvides sentir. Siente la vida, siente la satisfacción, siente las dudas, los miedos, las certezas, nunca tengas miedo a sentir.
Siente el contento interior de saberte en tu propio camino. Todo aquello que sientas tendrá un mensaje importante para ti, tómate tiempo para descubrirlo. No tengas prisa.
Y nunca dejes de escuchar y atender todo aquello que sientas.
No te conviertas en aquello que sientes, no eres el enfado, ni la ira, ni la amargura, ni el miedo, ni el odio… Ni tampoco eres lo que piensas, que nadie te confunda con los pensamientos. Eres más que todo eso. Pero tendrás que descubrirlo por ti mismo/a.
Ese es tu mejor viaje, el único viaje. Descubrirte, conocerte, aceptarte, valorarte, respetarte, tomar conciencia de ti mismo/a. Solo te descubrirás cuando te arriesgues a vivir cada día, cada mañana, cada tarde, cada noche, con cada experiencia, con cada vivencia, con cada momento vivido.
Ricardo González Roca Fonteneau